Cuentan que la Diosa de Luna tocó con sus manos el océano una noche de luna llena y evaporó por un momento los antiguos océanos y lagos salados dejando al descubierto una piedra con un luminoso brillo lunar a la que impregnó su propia esencia.

Es por esta razón que La Selenita no puede ser lavada o limpiada con agua pues se derretirá, puedes limpiarla a la luz de la luna o con incienso o con imposición de manos.

La Selenita nos traerá claridad mental, expandirá el conocimiento de uno mismo y de los que nos rodean, proyectando el rayo de la luz blanca en el entorno y llenando de paz a las personas y los lugares. El blanco es la vibración del color asociada al chakra de la corona.

La Selenita es una afilada espada de sabiduría, cortando la ignorancia y la inconsciencia. También puede eliminar emociones negativas como la rabia y el resentimiento. Nos ayuda a liberar recuerdos dolorosos difíciles de olvidar.